En Mayo de 2025 realizamos esta bonita excursión desde Madrid, realizando por la mañana la ruta de las Cascadas de la Garganta de Majalobos, en la localidad abulense de Sotillo de La Adrada. Posteriormente nos desplazamos hasta Piedralaves, al Area Recreativa de la Charca de la Nieta, un lugar espectacular con piscina natural y merenderos. Por la tarde visitamos los pueblos de Piedralaves y La Adrada.
Índice
Sotillo de La Adrada
Cascadas de la Garganta de Majalobos



4 KM | 2H 15′ | Baja | 156 M. | > 3 años | No | No | No |
Parking
La ruta se inicia aparcando en las proximidades del hotel rural “El Venero“ y cruzando un puente peatonal que salva el arroyo Majalobos.
A lo largo del camino, se encuentran dos pequeñas presas y varias cascadas de gran belleza, aunque no muy altas.
Flora
El entorno de la garganta alberga una rica variedad de especies vegetales. Entre los árboles predominan los castaños, incluyendo ejemplares centenarios que se erigen como verdaderos monumentos naturales . También se encuentran robles, fresnos, sauces y pinos silvestres:

El sotobosque está compuesto por helechos, jara, cantueso, orquídeas y narcisos, creando un entorno colorido y aromático . En primavera y verano, los helechos cubren el suelo con un manto verde, mientras que en otoño, el paisaje se transforma con tonalidades ocres y rojizas:


Fauna
La diversidad de hábitats en la zona favorece la presencia de numerosas especies animales. Entre los mamíferos, es posible avistar jabalíes, corzos, ardillas y gatos monteses. Las aves rapaces también son comunes, incluyendo águilas reales y halcones peregrinos.
Cascada 1
A 400 metros del punto de inicio, aparece la primera cascada, después de subir por la calle Cerquillas, una calle con una buena pendiente. Una valla a la derecha nos acompaña durante la subida, y esta cascada es sólo visible desde la valla, aunque hay varios puntos donde se puede llegar a sortear la valla y algún aventurero puede explorar la zona:

Cascada 2
A 50 metros de la Cascada 1, aparece una segunda cascada, hay un agujero en la valla por donde agachándote un poco puedes aproximarte a ver la cascada:

No es necesario tal aproximación, porque unos metros más adelante, la valla desaparece y hay una buena panorámica de la cascada sin abandonar la comodidad del camino. En este caso, la cascada es más ancha que alta:

Ruinas de molino
Antes de comenzar una buena pendiente pedregosa discernimos las ruinas, de lo que debió ser un molino que aprovechaba la fuerza de las aguas del arroyo:

Cascada 3
A unos 300 metros de las ruinas del molino, el inconfundible ruido de una cascada nos hace desviarnos a la derecha. En este caso se ve desde arriba, pero es sencillo llegar hasta abajo:

Presa de Majalobos
A 200 metros de la cascada, nos encontramos con la primera de las dos presas, la Presa de Majalobos, merece la pena caminar por el caminito que hay, porque desde el centro se obtiene una estampa preciosa con los reflejos de los árboles en la lámina de agua:

Cascada 4
En la presa, hay que tomar el camino que va justo al lado de la presa, dejandola en todo momento al lado derecho según subimos.
En 500 metros llegamos a una zona, donde se detecta otra cascada de manera bastante imperceptible, ya que esta parte es muy frondosa. Hay un desvío a derechas por un camino bien marcado, que va entre helechos. Es una zona preciosa y virgen:


Tras un cortísimo paseo, te puedes acercar a la cascada, hay que salvar el arroyo por unas piedras y aproximarte todo lo que puedas, aunque no se llega a tener una imagen nítida o clara de la misma:

Presilla de Majalobos
Tras volver al camino principal, en unos 100 metros se llega a la segunda presa:

También es muy bonita, todo el entorno de hecho lo es, y es muy recomendado acudir en primavera tras lluvias y el deshielo, para ver la zona en todo su esplendor:

Castaño Centenario
A unos 300 metros de la segunda presa y a casi 2 km del inicio de la ruta, nos encontramos con un precioso y fotogénico castaño centenario:




Es una zona que invita a realizar una parada y disfrutar del entorno:


Muy cerca del castaño centenario, hay otro más modesto, lejos de las miradas que acapara el otro más famoso:

Cascada 5
A unos 300 metros del castaño centenario, llegamos a una de las cascadas principales que se forman en la garganta. Ésta consta de un salto inferior y de un salto superior, al que se puede llegar haciendo una mini trepada:
Salto Inferior


Salto Superior


Subiendo por un terreno muy empinado, puedes llegar a ver el salto superior desde lo alto, es una bonita panorámica:

Si se sigue ascendiendo por la garganta, se puede alcanzar alguna cascada más, especialmente una que hay que pasar por debajo de unas piedras.
Nosotros, al ir con niños pequeños, nos dimos por satisfechos llegando hasta esta cascada, pero que sepáis que se puede llegar más arriba todavía.
Esta ruta nos ha dejado muy buen sabor de boca y está preciosa en esta época del año. Totalmente recomendada.
Piedralaves
Charca de la Nieta
Este paraje natural tiene su origen en una charca de la Garganta de Nuño Cojo. En la década de 1950, se construyó un azud para el Molino del Rozao, lo que permitió la creación de la actual piscina natural. El nombre “La Nieta” proviene de una planta que crecía en sus alrededores:











Iglesia de San Antonio de Padua
Este templo, erigido a finales del S.XVIII, es un ejemplo destacado de la arquitectura religiosa de la época. Su estructura presenta una sola nave con presbiterio y una bóveda de cañón sostenida por arcos sajones. Destaca su artesonado de estilo mudéjar, testimonio de la influencia árabe en la región. El altar mayor alberga un retablo barroco policromado con angelotes tallados, presidido por una imagen de San Antonio de Padua, patrón del municipio:


Cruz de los Enamorados
Situada frente a la iglesia, esta cruz de piedra fue colocada en 1681, como indica la inscripción en su base. Es uno de los monumentos más emblemáticos de Piedralaves, tradicionalmente asociado al lugar donde las parejas se encontraban tras la misa:


Torre del Reloj
Ubicada en la Plaza de la Constitución, esta robusta torre de piedra, construida con materiales provenientes de la Garganta de Nuño Cojo, alberga el reloj que marca el ritmo del pueblo. Se accede a ella mediante una escalera de caracol. Actualmente, la torre funciona como Oficina de Turismo, siendo un símbolo del patrimonio local:



Plaza de la Constritución
También conocida como Plaza del Ayuntamiento, es el corazón de Piedralaves. Presidida por el Consistorio local, esta plaza es uno de los centros neurálgicos del pueblo:




Casas tradicionales
Las casas tradicionales de Piedralaves tienen planta baja de granito para uso agrícola, una planta superior con balcones de madera para vivienda, y un sobrao ventilado bajo el tejado usado como almacén o secadero. Esta arquitectura refleja la adaptación al entorno rural y serrano:





La Adrada
Castillo
Fortaleza medieval situada en una posición estratégica sobre una loma que domina el Valle del Tiétar. Sus orígenes se remontan al S. XIV, aunque fue profundamente reformado en el S. XV por orden del infante don Luis de la Cerda, conde de Medinaceli, quien lo transformó en un palacio-fortaleza de estilo gótico-militar:


Construido en mampostería con refuerzos de sillares, el recinto incluye una muralla exterior con almenas, un recinto interior con torre del homenaje y restos de estancias palaciegas. Destaca su adaptación al terreno y su función mixta, defensiva y residencial. En su rehabilitación moderna se ha respetado el trazado original, incorporando estructuras metálicas discretas que permiten su uso museístico:



Actualmente alberga el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar, que ofrece al visitante una visión didáctica de la historia medieval de la comarca, con paneles, recreaciones y vistas panorámicas desde sus terrazas:


Plaza del Ayuntamiento
Plaza central de trazado rectangular, presidida por el edificio del Ayuntamiento con fachada de piedra y balcones castellanos; es punto de encuentro y escenario de actos culturales y festivos:



Iglesia de El Salvador
Principal templo religioso de La Adrada, de origen medieval, aunque con múltiples reformas que han configurado su aspecto actual. Su estructura básica data del S. XV, con elementos añadidos entre los siglos XVI y XVIII, lo que le otorga un carácter ecléctico, donde conviven rasgos góticos, renacentistas y barrocos:
